Te bendigo

30 de abril
Miércoles II de pascua

Salmo 33 Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre presente en mi boca; mi alma se gloría en el Señor, que los humildes lo escuchen y se alegren. Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
No hay mejores palabas que tu Palabra, para acercarme hoy a ti como mi oración. Déjame radiante en tu luz, Señor.

Lámpara encendida

29 de abril
Santa Catalina de Siena

I Jn 1,5-2,2 Dios es luz

Tú eres luz. Y enciendes mi lámpara. Soy una lámpara encendida por ti. Cada día tu luz. Lo vivido iluminado por la claridad de tu presencia. Así es el nuevo libro, una especie de diario espiritual, que acabo de publicar: lámpara encendida. Para reconocer que todo en ti es luz, que me haces participar de tu luz.

Para los que estáis en Madrid el seis de junio, de cinco a siete, firmaré ejemplares en la feria del libro de El Retiro. Os espero.

renacer

28 de abril
Lunes II de pascua

Jn 3, 1-8 Tenéis que nacer de nuevo

Nacer de nuevo. Renacer. En ti. Comenzar la vida en el Espíritu, de otra manera. Convertirme. Volver al origen. En ti. Comprender el destino: en ti. Mientras tanto todo hacia ti, para ti. Cuesta. Sobre todo cuando uno es viejo y no entiende cómo puede nacer de nuevo. Para Dios no hay nada imposible. Escucho. Haz en mi , una vez más, maravillas.

Misericordia

27 de abril

II domingo de pascua

Jn 20, 19-31 Hemos visto al Señor

Junto a tu misericordia, que nos acompaña cada día, que celebramos de forma especial en este segundo de Pascua. Vivo entre nosotros. Vivificándonos. Con la fuerza de tu amor, de ese amor que sale de tu corazón y al mismo tiempo nos introduce en él. Gracias, Señor, por hacerte presente con tu misericordia. Por perdonarme, por perdonarnos, siempre. Por introducirnos en tu amor.

Id

26 de abril
Sábado octava de pascua

Mc 16, 9-15 Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación

Este es el mandato de tu pascua, la consecuencia del saberte vivo en mi vida, de experimentar tu fuerza transformadora, el tesoro de tu gracia: dar testimonio de ti, a todos, en toda ocasión, tiempo y espacio. Saberme enviado y testigo de tu resurrección.

El Señor

25 de abril
Viernes Octava de Pascua

Jn 21, 1-14 Es el Señor

Todo conduce, en estos días de la octava de Pascua, a reconocerte: es el Señor. Eres tú, muerto, y ahora resucitado. Eres tú, ausente, que te haces presente. Eres tú, que acompañas nuestro caminar, aunque no lo sepamos. Eres tú, que ofreces tu paz a nuestros corazones inquietos. Eres tú que sales al encuentro de quien te busca con corazón sincero, con anhelo de amor. Eres tú, que colmas de alegría nuestro ser con la claridad de tu gloria. Eres tú, el Señor.

Paz

24 de abril
Jueves Octava de Pascua

Lc 24, 35-48 Paz a vosotros

Una manera de entrar en el espíritu del Resucitado, en el pascual, es rezar la oración de san Francisco

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que yo no busque tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.

Ardía el corazón

23 de abril
Miércoles Octava de Pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba?

Ardía y arde mi en el recuerdo de tu voz magnífica, tu voz suave y perfumada, tu voz dulce y luminosa, tu voz potente, la voz que es tu Palabra, con la que hiciste todas las cosas, con la que transformas mi luto en danzas, mi desierto en vergel florido, mi oscuridad en claridad de tu presencia, mi tibieza en volcán enamorado. Arde mi corazón cuando me hablas en el silencio, y aunque no lo sepa, ni lo comprenda, se que tu hablar me arrulla y me embriaga, como el perfume del nardo.

¿A quién buscas?

22 de abril
Martes de octava de Pascua

Jn 20, 11-18 Mujer, ¿por qué lloras?¿a quién buscas?

Te busco a Ti; creo que lloro por Ti, porque te he perdido, y ando buscándote entre los muertos cuando estás vivo. Pero sin saberlo lloro porque todavía soy incapaz de reconocerte, hasta que no oiga tu voz que me llama y pronuncia mi ser con amor. Te busco, Señor, como la amada busca al amado, sin cabeza, sin aliento, solo con el corazón envuelto en el deseo de saber que te amo desde las entrañas de tu mismo amor. ¡María!¡Maestro!

Alegraos

21 de abril Lunes de la octava de pascua

Mt 28, 8-15 Alegraos

Esta es la primera palabra que escucho de ti en esta semana, eco prolongado de tu resurrección. Alégrate. Alégrate como María, porque recibes mi vida que te da la vida. Alégrate como una primavera en flor, al salir del invierno, cuando la lluvia ha cesado y canta la alondra en el nido de tu corazón. Alégrate porque soy tu Señor y estoy en ti, Salvador y Rey. Alégrate y transmite la alegría a tus hermanos, a los que no creen, por toda la creación. He resucitado, para ti.