Bondad

20 de abril
Jueves II de pascua

Salmo 33 Gustad y ved que bueno es el Señor.

En cualquier circunstancia podemos recitar este verso del salmo. Porque tú eres bueno, y tu misericordia es eterna, todo sirve para el bien de los que te aman, de los que son amados por ti. Todo está bien en la perspectiva dinámica de tu amor. La vida vence a la muerte. Ya no hay nada que pueda separarnos de tu amor.

Nos amó

19 de abril
Miércoles II de pascua

Jn 3, 16-21 Tanto amó Dios al mundo

Este es el inicio, el fundamento de la creación, de la encarnación, de la redención. Que nos amas tanto, que nos amas primero, que estás dispuesto a que vivamos abundantemente de tu amor, que estás dispuesto incluso a que renunciemos a tu amor. Tu amor, que me envuelve sin que sepa bien cómo, que me sana, que me salva. Tu amor, que fundamenta mi vida.

Comunidad

18 de abril
Martes II de pascua

Hch 4, 32-37 El grupo de creyentes tenía un solo corazón y una sola alma

Unidad. Solidaridad. Del yo al nosotros. Solo muriendo a uno mismo, solo renunciando a tantas cosas que alimentan mi ego, seré capaz de abrirme al don de la comunidad, a tu Iglesia. Desde la fuerza de tu entrega por la humanidad, para que tengamos vida y vida abundante.

Llenos

17 de abril
Lunes II de pascua

Hechos 4, 23-31 Los llenó a todos el Espíritu Santo

Tu don. Que llegará en Pentecostés al final de la pascua, que está viniendo cada día. Me conviene no perder la perspectiva de lo que estamos celebrando, del don de la vida, del don que me hace fuerte para anunciar tu evangelio a todas las criaturas, el don de la renovación, el don que da consistencia a lo cotidiano de cada día, pues está lleno de tu presencia alentadora. Todo lo llenas con tu don.

Paz

16 de abril
Domingo de la misericordia

Jn 20, 19-31 Paz a vosotros

Y con tu paz viene el don de la misericordia, que reconcilia contigo, que llena el alma, que remansa la propia fiera. Con tu misericordia no dejas que mis tinieblas me hablen, me habla tu presencia, que es remanso en medio de mis propias turbulencias, de mis dudas, de mis incertidumbres, de todo lo que se resiste a ser renovado por ti. Mi paz te dejo, mi paz te doy. Y hoy la recibo de tu cuerpo resucitado.

toda la creación

15 de abril
Sábado de la octava de pascua

Mc 16, 9-15 Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación

Al lago de sal de Utah que está desapareciendo, a los glaciares que pierden sus lenguas, a las selvas amazónicas desforestadas, a los océanos de plásticos, a los arrecifes de corales muertos, a lasa tablas de Daimiel secas, a la tierra cuarteada, a la creación herida de muerte, allí me llamas a proclamar en evangelio de la vida, el evangelio que reanima y todo lo recrea. Danos un corazón que respete la vida de tu creación. Mantengamos con vida tu don.

Eres tú

14 de abril
Viernes de la octava de pascua

Jn 21, 1-14 Es el Señor

Eres tú, Señor, quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuaeste, en que actúas, en que actuarás. Este es el don de tu gloria bendita, de tu vida resucitada. El don de reconocerte en mi desnudez, en el desprendimiento y el despojamiento de las heridas, el don de hacer brotar amapolas en las cicatrices de mi carne, cataratas de vida en tus llagas. Eres tú, Señor, y tu presencia se convierte en alimento que todo lo sacia en este tiempo de pascua.

paz

13 de abril
Jueves de la octava de pascua

Lc 24, 35-48 Paz a vosotros

Tu saludo. Tu ofrecimiento. Tu don. En medio de las vicisitudes de la vida, en cualquier circunstancia, en cualquier estación, en cualquier momento, tú llegas y me ofreces el don de tu paz. Cimentar mi vida en ti. Reposar bajo el frondoso aliento de tu ser vida. Descansar mis afanes en la dichosa llama de tu aliento. Gracias. Señor.

Ardía

12 de abril
Miércoles de la octava de pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba?

Corazón en llama. Llama de amor viva. Llama enardecida, llama inflamada, llama que me llama, y que quema, y me consume en el amor más loco de la vida entera. Calentando mi corazón en el rescoldo de tu palabra. Haciendo fuego en mis entrañas con tu presencia desapercibida, tan cierta y real como la vida misma. Arden mi corazón en el camino. Contigo.

¡Maestro!

11 de abril
Martes de la octava de pascua

Jn 20, 11-18 Jesús le dice: ¡María! Ella responde. ¡Maestro!

Maestro. Amado. Amante. Vida mía. Ser de mi ser en ti resucitado. Paño que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Fuente del mayor consuelo. Vida del alma mía. Tú, Señor, la resurrección de mi vida. Tú la fuente de mi esperanza. Tú la dicha de mi fe. Tú palabra que me enseña y me hace exclamar: ¡Maestro!