21 de abril
Martes II de pascua

Hechos 4, 32-37 El grupo de creyentes tenía un solo corazón y una sola alma

Danos, Señor, el querer y obrar para que la Iglesia, en medio de nuestro mundo, salga unida y fortalecida en la fe y en el amor a las personas más necesitadas de nuestro mundo, atenta a los pobres, a los enfermos, a los vulnerables, a los descartados. Entregada. Olvidada de sí.