Novedad

12 de enero
Viernes I

Mc 2, 1-12 Nunca hemos visto cosa igual

Te veo y quedo admirado, conmovido, urgido a ser tuyo para siempre. Dejas la impronta de tu ser en mi ser, y ya no vivo sino para ti, que vives en mí, y solo anhelo ser más tuyo y menos mío. ¿Más como perseveras, oh alma, no morando donde vives? Apaga mis enojos y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y solo para ti quiero tenellos.