Laus deo

1 de septiembre
Martes XXII

I Ts 5, 1-6.9-11 Sois hijos de la luz e hijos del día

Gracias, Señor, por poner tu palabra de luz al retomar estas oraciones diarias, que brotan de tu palabra, que brillan como estrellas fugaces escritas en el cielo nocturno. Gracias, Señor, porque eres mi luz y mi salvación. Gracias porque en ti está la fuente viva, y tu luz me hace ver la luz. Hijo de la luz, de tu luz; bañado en la claridad de tu presencia. Hijo del día, pues cada mañana me visitas tú, sol que nace de lo alto, para iluminar a los que vivimos en tinieblas, para guiar mis pasos por los caminos de tu paz.

09.01