Muchedumbre

8 de febrero
Sábado IV

Mc 6, 30-34 Vio una multitud y le dio lástima de ellos

Ver con tus ojos y experimentar tu misericordia. Comprender el dolor del mundo y entregar mi vida para que tú sigas consolando, y me hagas consolar con le consuelo con el que tú consuelas. Graba tu palabra en mi corazón, pues en tu palaba encuentro tu ser en mí, la raíz de tu llamada, tu manifestación silenciosa: vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor.

02.08

El viaje

6 de febrero
Jueves IV

I Re 2, 2-4.10-12 Yo emprendo el viaje de todos

Así se refiere al tránsito por el que se atraviesa en la muerte, de la vida a la vida, del ser no siendo al ser en tu ser, de la última verdad, de la claridad sin fin, de la desaparición aparente, de la entrada en lo desconocido, del más allá en lo más radical de nuestra vida. El viaje de todos, desde la nada que fuimos hasta la nada que seremos, en esa nada donde tú eres todo en todos. Ni vida ni muerte, tú ser abierto, dando horizonte al viaje de la eternidad.

02.06

Curación

5 de febrero
Miércoles IV

Mc 6, 1-6 Curó algunos enfermos imponiéndoles las manos

Personas queridas, personas cercanas, que sufren la enfermedad, que se sitúan ante su fragilidad, la debilidad de su cuerpo, su finitud, sus límites. Las voy poniendo ante ti, Señor, para que les impongas las manos, y experimenten la paz, la fortaleza, la verdad de su ser, envuelto en tu misericordia, el tesoro de la vida sin límites y eterna que llevan dentro. Oro por ellas, bendícelas, y llénalas de tus dones.

02.05

Mi Dios

4 de febrero
Martes IV

Samo 85 Tú eres mi Dios

Pues eso, tú eres mi Dios, eres bueno y clemente, rico en misericordia, Dios de Dios, luz de luz, tú sigues creando todas las cosas, las bendices, las llenas de vida, las bendices y la repartes entre nosotros. Todo en ti.

02.04

Mi escudo y mi gloria

3 de febrero
Lunes IV

Salmo 3 Tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria

Tomo las palabras del salmo para decirte, pero podría buscar otras, también sencillas, que me salieran de los adentros: tú eres mi principio y mi fin, tú mis ojos, mi boca, mi paladar, tú mis manos, mis pies, mi corazón, mi respiración, mi ánimo, mi espíritu, tú mi consuelo y mi descanso, tu mi roca firme, tu mi naufragio, tú el mar que me anega, tu el vacío que me queda cuando me alejo de ti, tú mi ser, tú mi amor, tú mi vida, tú mi eternidad, Tú Señor, tú mi en ti.

02.03

Tu presetación

2 de febrero
La Presentación del Señor

Lc 2, 22-40 Mis ojos han visto a tu salvador

No se aparta del templo durante el día ni durante la noche; por eso te ve Ana cuando llegas. El Espíritu moraba en él, era un hombre justo y piadoso Simeón: por eso sus ojos ven al Salvador en un niño pobre, y en el niño ve la luz para alumbrar a las naciones y la gloria del pueblo. Ana, Simeón, consagrados a ti, buscadores de tu ser, siempre esperándote, siempre atentos a tu venida, como tantas religiosas y religiosos que te entregamos la vida, sin reservas. Mis ojos han visto a mi Salvador.

02.02

Amáiname

1 de febrero
Sábado III

Mc 4, 35-41 Silencio, cállate

Dile a mis vientos, a mis huracanes, a mis ruidos internos, a mis voces ocultas, a lo que no es y quiere ser, a lo que es y quiere no ser, a lo que va y viene, a lo que quiebra mi caña, al dolor, al deseo, al sufrimiento, a la imaginación, a la desesperanza, a lo que engaña, al lago donde naufrago cada día, di tu, Señor, con tu voz potente y mansa, ¡Silencio, cállate! Cristo Jesús, luz interior, no dejes que mis tinieblas me hablen, Cristo Jesús, disipa mis sombras, y que en mí solo hable tu amor.

02.01