3 de febrero
Lunes IV
Salmo 3 Tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria
Tomo las palabras del salmo para decirte, pero podría buscar otras, también sencillas, que me salieran de los adentros: tú eres mi principio y mi fin, tú mis ojos, mi boca, mi paladar, tú mis manos, mis pies, mi corazón, mi respiración, mi ánimo, mi espíritu, tú mi consuelo y mi descanso, tu mi roca firme, tu mi naufragio, tú el mar que me anega, tu el vacío que me queda cuando me alejo de ti, tú mi ser, tú mi amor, tú mi vida, tú mi eternidad, Tú Señor, tú mi en ti.
Hay días que te siento tan cerca que no sé quién de los dos camina