Sólo

 

20 de abril
Viernes II de pascua

Jn 6, 1-15 Se retiró otra vez a la montaña, él solo.

Te retiras, Señor, porque sabes que te van a hacer rey y quieres ser rey en  el trono de la cruz, no del prestigio. Te retiras para estar en intimidad amorosa, atenta, obediente, con el Padre. Te retiras después de haber saciado a la multitud, tan hambrienta, tan en búsqueda. Te retiras de nuevo a la montaña, donde habita la soledad sonora, la fuente que mana y corre. En soledad pones tu nido. Cobíjanos bajo tus alas. Aliméntanos.

Testigos

19 de abril
Jueves II de pascua

Hechos 5, 27-33 Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo

¿Testigos de qué? El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, con el poder de los pecados.
Este es el anuncio de los apóstoles. ¿Cómo sigo anunciado yo hoy, dos mil años después, tu resurrección?

Tanto amor

18 de abril
Miércoles II de Pascua

Jn 3, 16-21 Tanto amó Dios al mundo

Contemplarlo todo a la luz de tu amor, de tu donación amorosa, de la entrega total. Contemplar la realidad con la fuerza transformadora de tu amor en Cristo resucitado. Contemplar en esta mañana la verdad de tu amor que quieres que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Tú eres el amor, y la verdad, y la vida. Gracias.

Comunidad

17 de abril
Martes II de Pascua

Hech 4, 32-37 En el grupo de los creyentes…

…todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio a lo que tenía. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles.Así era, ¿así es? Así, al menos, tu palabra nos pone hoy ante una comunidad cristiana, la primera, que vivía plenamente resucitada, que confía en ti y en la fuerza transformadora de tu salvación. Que es puro don y gratuidad.

Llenos

16 de abril
Lunes II de Pascua
Hch 4, 23-31 Los llenó a todos el Espíritu Santo

El espíritu santo, tu espíritu, Señor, el que aletea desde el principio al fin de este tiempo pascual, especialmente, y a lo largo de todos los días de nuestra vida, fortaleciéndola, alegrándola, llenándola de Ti. Tu Espíritu, Señor, que llega al terminar la oración, que hace temblar el lugar, que hace que Pedro y Juan, y todos nosotros, vayamos con valentía a anunciar tu Palabra.  De vida.

Señor mío

15 de abril
II domingo de Pascua
Jn 20, 19-31 Señor mío y Dios mío

La palabra se hace expresión de fe, del corazón brota la exclamación sincera que ha disipado la duda, pues me permites reconocerte, Señor. Tomas ve y cree, nosotros no te vemos pero has puesto luz en nuestros ojos, bañados por la luz de tu resurrección, bañados por el resplandor de tu verdad. Quiero decir hoy y siempre, Señor mío y Dios mío.

 

 

 

Octava de Pascua VI

14 de abril
Sábado octava de Pascua
Mc 16, 9-15 Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana

Tú Señor, resucitado, inicias una nueva creación.  Haces que nazca el día, que brote la vida, que la luz lo bañe todo. Gracias, Señor, por tu resurrección que me da la posibilidad de renacer de nuevo, que me hace renacer en ti. Gracias por el don del bautismo, que me ha hecho renacer a una vida nueva.  Gracias porque me llamas a ir al mundo entero y proclamar el evangelio.

Octava de Pascua V

13 de abril
Viernes de octava de Pascua

Jn 21, 1-14 Es el Señor

Como en la mañana de Pascua, solo el que ama, el amado, es capaz de comprender la verdadera dimensión de la realidad. Eres tú Señor, el que te presentas en medio de nosotros, en nuestras actividades cotidianas. Eres tú, Señor, el que te acercas, el que una vez más estás con nosotros, estás entre nosotros. Eres tú, Señor, el que desvelas el sentido real de la realidad y me haces proclamar, cuando me rindo a tu amor amante, “es el Señor”.

Octava de Pascua IV

12 de abril
Jueves octava de Pascua

Lc 24, 35-49 Paz a vosotros

Tu paz, Señor. Mi paz os dejo mi paz os doy. Tu paz que llena los corazones de tus fieles. Tu paz que abarca a la humanidad sedienta de paz. Tu paz que disipa los miedos de la sorpresa, que ahuyenta los fantasmas que nos atenazan. Tu paz que disipa nuestras dudas. Tu paz, Señor, que brota de los estigmas de la pasión. Tu paz que es bálsamo de amor resucitado.

 

Octava de Pascua III

11 de abril
Miércoles octava de Pascua

Lc 24, 13-35 ¡Quédate!

Quédate, caminante, junto a nosotros, pues atardece y el día va de caída. Quédate porque has puesto claridad en nuestros ojos y has abierto nuestro corazón a la comprensión de la escritura. Quédate, pues aunque no sabemos quien eres has posibilitado que releamos nuestra vida a la luz de la pascua. Quédate porque al atardecer vas a poner la luz de amanecer en nuestra vida. Quédate a partir el pan para que comprendamos que eres tú, Jesús resucitado, el que camina con nosotros.