Pan de vida I

8 de mayo
Domingo III Pascua
Lc 24, 11-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba?

Arde de gozo nuestro corazón, Señor, mientras vas por el camino con nosotros, aunque no te sepamos reconocer, aunque nuestros ojos estén ciegos para verte acompañándonos en todas la vicisitudes de nuestra vida. Arde nuestro corazón, y salta de gozo nuestro ser, y se alegran nuestras entrañas, pues tú estás, nos hablas, nos aclaras la historia de salvación. ¡Quédate junto a nosotros, pues cae la tarde y queremos reconocerte al partir el pan!