En mi defensa

14 de noviembre
Domingo XXXIII

Lc 21, 5-19 Haced propósito de no preparar vuestra defensa…

Siempre queremos tenerlo todo controlado, Señor, creyéndonos únicos, autores y gestores de nuestra propia vida, de sus circunstancias, sin darnos cuenta que tanto el principio como el final no nos pertenecen, que la vida entera está en tus manos. Está bien recordar hoy que no hace falta que preparemos nuestra defensa, en caso de peligro vital, de persecución, en cualquier caso,  porque Tú nos darás palabras y sabiduría a la que no podrá hacer frente ningún adversario.