Si 1, 1-10 Toda sabiduría viene del Señor
Quiero empezar hoy reconociendo que toda sabiduría procede de ti, que sin ella no soy nada ni se nada. Quiero pedirte perdón, Señor, por todas las ocasiones en que considero que mi sabiduría es distinta a la tuya, por las veces en que me endioso; quiero agradecerte, Señor, el don de tu sabiduría, que has derramado sobre los vivientes, sobre tu creación. Te alabo por tu sabiduría, Señor, que me sostiene en el tu amor.