Caín

16 de febrero
Lunes VI
Gn 4, 1-15 Caín se enfureció y andaba abatido

Caín se deja llevar por la envidia, sentimiento tan poco fraternal pero tan real en nuestra vida.  Mirar al hermano de una manera torticera me lleva a enfurecerme y me hace caminar abatido, encerrado en mis propios pensamientos y prejuicios, enredado en ellos, ajeno a la realidad. Libérame, Señor, del Caín que llevo dentro. Hazme, como Abel, ofrenda para ti y para el prójimo.

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