Pentecostés

11 de mayo
Pentecostés

Hechos 2, 1-11 Se llenaron todos de Espíritu Santo

Llenarme de tu Espíritu, Señor, de tu don espléndido, de la brisa en horas de fuego, del gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Llenarme de tu don, Señor, que riega mi tierra en sequía, que sana mi corazón enfermo, que lava mis manchas, que infunde calor de vida en mi hielo, que doma mi espíritu indómito. Llénanos, Señor, de tu Espíritu, que vacíos queremos que tú mismo nos llenes con tu bondad y tu gracia. Amén.

El testimonio

10 de mayo
Sábado VII de Pascua

Jn 21, 20-25 Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto

Termina el evangelio y Juan, que recostó su cabeza en el pecho de Jesús, y gozó de la intimidad, pues era a quien Jesús tanto amaba, da testimonio. Da testimonio a lo largo del evangelio de lo que ha visto y ha oído. Da testimonio del amor recibido. Da testimonio de ti, que eres la vida. Dar testimonio, dar la vida unido a tu vida. Como hizo María. Para ello quiero recibir tu Espíritu, Señor, y ser enviado.

Tú sabes que te quiero

9 de mayo
Viernes VII de Pascua
Jn 21,15-19  Sí, Señor, tu sabes que te quiero

Por tres veces le preguntas a Pedro, que te negó tres veces, y por tres veces escuchas la misma confesión de amor, desde un corazón sanado de su culpa por tu mirada de misericordia: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Tú, sabes, Señor, que te quiero, y quiero decírtelo desde el amor de tu madre, que sin palabras te manifestó, con cada latido de su ser que te lo daba, la prueba de su amor. Sí Señor, tú lo sabes. Sabes lo pobre que es mi amor, pero sabes que te quiero y que no nací sino para quererte.

 

 

Potégeme

8 de mayo
Jueves VII de Pascua

Salmo 15 Protégeme Dios mío, que me refugio en ti

Este salmo, que rezamos antes de entrar en la noche, es un regalo tuyo, Señor, que hace las delicias del corazón que reza. Tu Espíritu abre todos los poros de mi ser y mueve mis labios para decirte, como hizo María con estas mismas palabras, que tú eres el lote de mi heredad y mi copa, que mi suerte está en tus manos. Que en Ti se alegra mi corazón y se gozan mis entrañas. Que me enseñas el sendero de la vida, me sacias de gozo en tu presencia, de alegría en Ti, Señor.

En sus manos

7 de mayo
Miércoles VII de Pascua
Hechos 20, 28-38 Os dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia

Al despedirse de la comunidad de Éfeso, Pablo les dice esta frase. Te doy gracias, Señor, por todas las personas que me han puesto en tus manos, que me han acompañado hasta ti, que han rezado por mi, que han proclamado tu palabra de gracia para que la escuchara y abriera mi vida, como hizo María, a tu voluntad. Gracias, Señor, por todos los que me han evangelizado y lo siguen haciendo. Gracias por tu Espíritu, por  tanta vida tuya como recibo a través ellos.

Solo se…

6 de mayo
Martes VII de Pascua
Hechos 20, 17-27 No se lo que me espera allá, solo se que el Espíritu Santo me asegura…

A Pablo le asegura cárceles y luchas, persecuciones en su tarea de anunciar el evangelio. Si yo tuviera que completar la frase, Señor, ¿qué diría que me asegura tu Espíritu Santo? Puedo decir, creyendo, que me asegura tu impulso, tu ánimo, tu fortaleza, tu sabiduría, tu luz, tu consuelo,  tu descanso, tu gozo, tu riqueza,  tu calor, tu guía, tu bondad, tu…Puedo decirlo pero aumenta mi poca fe, aumenta la presencia de tu Espíritu en mi vida…que lo sepa acoger como hizo María.

Sin noticias

5 de mayo
Lunes VII de Pascua
Hechos 19, 1-8 Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo

Los cristianos de Éfeso, Señor, no sabían ni de la existencia de tu Espíritu. Y es tras la pregunta de Pablo, y tras la imposición de manos, cuando caen en la cuenta de la fuerza de tu Espíritu, que mueve a la evangelización. Haznos también conscientes a nosotros, Señor, de tu Espíritu de amor, que nos mueve, que nos envía. De tu Espíritu, que descendió sobre el seno de María y te hizo carne en nuestra carne,  en nuestro mundo.

La ascensión

4 de mayo
La Ascensión del Señor

Hechos 1, 1-11 ¿Qué hacéis ahí plantados, mirando al cielo?

El reproche es claro y contundente: no miréis al cielo, ni asombrados ni entristecidos. No miréis al lugar por donde ha desaparecido Jesús, no perdáis el tiempo plantados en una vaga contemplación de lo que ha sido…Y resuenan, como contrapunto, las palabras de la Pascua: id a Galilea, a vuestra vida corriente, allí le veréis. Allí recibimos tu Espíritu Santo, allí nos das la fuerza para ser tus testigos hasta los confines del mundo.

Felipe y Santiago

3 de mayo
San Felipe y Santiago, apóstoles
¡ Cor 15, 1-8 Lo primero que yo os transmití
Transmitir, como los apóstoles, lo que hemos recibido. Anunciar y proclamar el núcleo de la fe, el kerygma, la buena noticia de la salvación, la certeza de que tú, Señor, eres el Salvador. No hacer opaca, con nuestra palabra, nuestro razonamientos, nuestros sentimientos, la claridad de tu presencia viva y vivificante, que se ofrece también hoy a los hombre y mujeres de nuestro mundo. Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día; después se apareció. Transmitir lo recibido por el don de la Iglesia.

Tristeza y alegría

2 de mayo
Viernes VI de Pascua
Jn 16, 20-23 Vuestra tristeza se convertirá en alegría

¿Cuándo, Señor? Porque hay tanta tristeza en el mundo que pesa y cae. Porque hay tantos rostros tristes, tantas miradas que no ven ningún horizonte, tantos corazones reventados de llanto, que parece que el dolor apaga la capacidad de esperar esa conversión que nos anuncias. En nombre de tantos entristecidos del mundo nos llamas. Y por eso tu Espíritu nos viene, hoy mismo, a impulsar para que llevemos la alegría de la salvación a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte.