4 de mayo
La Ascensión del Señor
Hechos 1, 1-11 ¿Qué hacéis ahí plantados, mirando al cielo?
El reproche es claro y contundente: no miréis al cielo, ni asombrados ni entristecidos. No miréis al lugar por donde ha desaparecido Jesús, no perdáis el tiempo plantados en una vaga contemplación de lo que ha sido…Y resuenan, como contrapunto, las palabras de la Pascua: id a Galilea, a vuestra vida corriente, allí le veréis. Allí recibimos tu Espíritu Santo, allí nos das la fuerza para ser tus testigos hasta los confines del mundo.
Está claro, el reproche se nos hace directo a nosotros.
No es momento para quedarse plantados mirando al cielo por donde se ha ido Jesús. Él no termina aquí, Él no es pasado, es futuro. Es momento de empezar a moverse para contar a todos lo que hemos visto y vivido, que Jesús, el que crucificaron, ha resucitado y vive para siempre. Y es en nuestro vida corriente, en nuestro día a día, donde vamos a seguir viendo el amor de Jesús y donde lo vamos a contar a los demás.
Y me quedo con el final del Evangelio de Mateo: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».