El trabajo

1 de septiembre de 2007
Sábado XXI
1 Ts 4, 9-11 Ocupaos de vuestros propios asuntos, trabajando con vuestras  propias manos

Parece, Señor, que estabas aguardando la vuelta al trabajo, en este principio de curso, para regalarme esta palabra que invita, iluminada por el evangelio de hoy, a comenzar la actividad laboral sabiendo que los talentos que tú me has dado los tengo que poner a producir en tu nombre. En todo, Señor, serte fiel: en lo poco de cada día, en lo sencillo del trabajo, en lo que pasa desapercibido y en lo importante. Que mi trabajo brote de ti como su fuente y tienda a ti, como a su fin.