2 de junio
Miércoles IX
Mc 12, 18-27 No es Dios de muertos sino de vivos
Y así ofreces la vida verdadera, en plenitud. Porque has venido para que tengamos vida, y vida en abundancia. Y nos has dado tu propia vida, para que vivamos en ti. Todos los que están cansados y agobiados, todos los que están atribulados, todos los que experimenten en su carne que más vale morir que vivir, encontrarán en ti alivio y fortaleza. Vida eterna.