20 de mayo
Viernes IV de pascua
Jn 14, 1-6 Yo soy el camino, y la verdad y la vida
Tú eres, Señor, el buen pastor; tú el camino, la verdad, la vida; tú la luz; tú la puerta; tú la vida; tú el pan de vida; tú el amor hecho carne; tú eres la resurrección; tú el tú en el que mi vida se encuentra despojada de su yo. Que tu yo sea mi mí mi propio ser.
¿Cuántas veces Señor, pierdo el rumbo, me abrumo, me desilusiono e incluso me dejo abatir por los acontecimientos?
¡Perdón por todo ello! La verdad que tú Palabra, me ayuda a salir, a seguir y a confiar, tú Luz me dá confianza en la vida. Guía siempre mi corazón Señor.
No temblar, no turbarse, confiar como un niño en brazos de su madre, volver a casa tras perdernos por el mundo. Llorar, reir, sufrir, amar, gozar… pero siempre contigo.