11 de noviembre
Lunes XXXII
Salmo 138 Señor, tú me sondeas y me conoces
Mi amiga, hija tuya, gustaba rezar este salmo, y se sentí en tus manos, llena de ti. Murió hace unos meses y ahora su hija ha ido al cementerio, por el día de difuntos, y ha rezado este salmo junto a su tumba. Madre muy creyente, hija poco rezadora. Le gustaría recibir un signo de que su madre está bien, está mejor de lo que estaba…y ya se le ha dado el signo…unirse en oración a su madre: Señor, tú me sondeas y me conoces.
Que bonito Salmo. Soy la pequeña de sus hijas. Gracias y un fuerte abrazo.
Gracias por recordarla.
La encontramos en la oración, y allí nos reconforta y nos guía, ahora su luz brilla más q antes.
Él fué su fuerza en su debilidad, y ahora es ella en la nuestra.
Me uno a esta oración de unas hijas.
Rezaré con ellas. Yo también estoy unida a mi madre en su forma de rezar con la que me enseñóa juntar las manos y mirar al cielo y me dio ejemplo toda su vida.