8 de noviembre
Sábado XXXI
Fil 4, 10-19 Todo lo puedo en aquél que me conforta
Es evidente que tú eres, Señor, el que confortas a Pablo. Por eso sabe vivir en pobreza y abundancia. Por eso está entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. El centro en Ti. La razón y la sin razón en Ti. La piedra angular de la existencia, Tú. El gozo de creer en Ti, de confiar en Ti, de saberse amado por Ti, tan gratuitamente, es la fortaleza. Que conforta y permite vivir la vida con otra perspectiva. Desde Tu ser entregado para que tenga vida. Sea la que sea.