Testigo

6 de marzo
Jueves IV

Jn 5, 31-47 Si doy testimonio de mi mismo, mi testimonio no es válido

Quiero dar testimonio de ti, Señor, transparentarte, ser cauce de tu Palabra y de tu presencia en lo más sencillo de cada día, en lo concreto y cotidiano, en el trato con los más cercanos, en los caminos que me traen y me llevan por las horas del día, en la mirada con que miro a las personas, en el corazón que trata de acogerlas, en la palabra que quiere mostrar tu misericordia. Quiero dar testimonio de ti, de la verdad, y olvidarme de mí mismo, para que tú vivas en mí y me des, y des de mi con la misma generosidad que tú te has dado.

Rezamos y nos solidarizamos con los habitantes de Zimabaue

Jn 5,31-47 Nik neure buruaren aldeko testigantza egingo banu, nire testigantza ez litzateke baliozkoa izango
  Jauna, zure testigu garbia izan nahi dut, eguneroko gauza apaletan zure Hitzaren eta presentziaren testigu. Hurbilekoekin ditudan harremanetan, eguneroko bideetan, pertsonei egiten dieten begiradetan, bihotzak onartzen saiatzen naizenean, zure errukiaren hitza adieraztean; denetan, zure testigu. Zure testigu, egiaren testigu, neure “neronekin” ahaztu nahi dut, Zu niregan bizi zaitzan, eta ni eman nadin, Zu ematen zaren neurrian.Zimbabueko biztanleek ditugu gogoan, horien alde otoitz egin, eta solidarizatzen gara.

Un comentario en “Testigo”

  1. Ser testigo, dar testimonio. Soy testigo de lo que veo cada día, de lo que siento en mi interior cada mañana. Quiero dar testimonio de tu palabra, Señor, de tu presencia continua, porque sé, Señor, que tú vives en mí. Y quiero dar testimonio de ello con mi sonrisa, con mi ayuda, con mi presencia, que en mi mirada te vean a ti que habitas en mi corazón. Por eso rezo hoy, esa es mi petición Señor, escúchala y ayúdame.

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