18 de mayo
Martes VII de pascua
Hechos 20, 17-27 Ser testigo del evangelio de la gracia de Dios
Esto es lo que hoy, sin estar encadenado ni en las mismas circunstancias de Pablo, sino libre en la libertad que tú me das, te digo de nuevo. A mi no me importa la vida, ni el cómo, ni el dónde, ni el cuándo, sino completar mi carrera y consumar el ministerio que recibí del Señor Jesús: ser testigo del evangelio de la gracia de Dios. Ojalá lo diga con verdad, y sinceridad de corazón. Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.
