19 de junio
Miércoles XI
II Cor 9, 6-11 El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará
El que siembra generosamente, generosamente cosechará. Hay veces que parece que siembro generosamente y que cosecho poco. Pero es una ilusión. Porque cada vez que siembro sin medida tú estás haciendo crecer en mí el fruto de la abundancia, pues soy más tú y menos yo, más semilla derramada y menos almacén cerrado, más campo abierto para que aniden los pájaros, y vuelen sin preocuparse de su vuelo. Vuele así mi ser en el aire de tu vuelo.
Sea sembradora de tu alto vuelo
en la tierra fecunda donde tu aras.
Con generosidad y sin medida
esparce mi vida por tus majadas.
Aunque es difícil valorar la siembra, quiero hacerlo con el corazón abierto a ser un instrumento Tuyo. Sé que siempre el impulsor de todo eres Tú.
Te ruego me hagas crecer para ti y disminuir para mi.
No te quiero por agradarte
ni me doy por complacerte
es que no puedo dejar de mirarte