11 de mayo
Miércoles VII de Pascua
Hechos 20, 28-38 Es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados
¿Quién es el necesitado? ¿quién es mi prójimo? ¿En quién me estás esperando hoy, para mostrarme en la carne llagada el sacramento de tu presencia en el pobre, el sacramento de tu amor? Derribas del trono al poderoso, enalteces al humilde, a los hambrientos los sacias de bienes, a los ricos los despides vacíos, canta María al proclamar tus grandezas, Señor.
Tendría que estar ciega para no ver lo que me rodea, los enfermos, los que viven en soledad, los angustiados por no llegar a fin de mes. Siempre te agradeceré el haberme dado esa fortaleza que me hace reaccionar en lo que puedo colaborar ¿Debería hacer más? Creo que sí, pero a veces las fuerzas me limitan. ¡ Perdón Señor por mis omisiones!