4 de febrero
Sábado IV
Mc 6, 30-34 Venid vosotros solos a un sitio tranquilo
Tiempo solo para ti, tiempo para estar solo contigo, tiempo abundante cada día de intimidad y unión inexplicable en medio de los ajetreos idas y venidas, en medio de una vorágine que continuamente ofrece vías de escape al ser profundo. Tiempo gratuito que tú me ofreces, dispuesto siempre a que acuda a ti y en ti descanse mi vida, aunque yo no sepa bien como.Sitio tranquilo.
Orando en silencio, sin palabras, sin ideas, sin conceptos es como nos sentimos más cerca de ti llegando a comprender, como decía Monseñor Romero, que Dios no empequeñece al hombre, pero para el hombre es bueno empequeñecerse ante Dios.