Sin reposo

1 de julio
Domingo XIII

Lc 9, 51-62  El Hijo de Dios no tiene donde reclinar la cabeza

Y sin embargo las zorras tienen madriguera y los pájaros nido. Esa es la diferencia, que quieres hacer palpable, Señor, cuando poner delante de nuestros ojos lo que supone seguirte. Despojarnos de todo, renunciar a cualquier seguridad, no tener ni un lugar donde reclinar la cabeza. Me queda tu pecho, Señor, para reposar en él y que se convierta en mi descanso.

Un comentario en “Sin reposo”

  1. Tal vez, para seguir a Jesús sea necesario ir sin peso, sin bultos inútiles, sin rémoras que te hagan caminar despacio y hasta pararte.
    Señor, Tú nos exiges que te sigamos y yo quiero seguirte en la pobreza, en el desprendimiento, en la entrega. Seguirte con la seguridad de no mirar atrás para ver si me dejo algo.
    Ayúdame.

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