3 de noviembre
Martes XXXI
Rm 12, 5-16 Que vuestra caridad no sea un farsa
Caridad en ti, amor en tu amor, amor que es transparente, caridad real, sincera, sencilla, auténtica. Auténtico y desapercibido, desaparecido, sin yo. Perdido en ti, entregado, entregado sobre todo a los más necesitados, perdidos, sufrientes y olvidados de nuestro mundo.

Yo deseo que mi caridad sea la que Dios me pide en su Palabra, sincera y sin hacer distinciones de personas. Tengo muy presente las necesidades de mis hermanos ,trato de hacer lo que puedo por ellos.
Mancos de corazón
Ciegos de espíritu
Sordos al sufrimiento
Les llamas ¡y no acuden!