21 de junio
Domingo XII
Mc 4, 35-40 ¡Silencio, cállate!
Cristo Jesús, Señor, amado mío, luz interior, no dejes que mis tinieblas me hablen, no dejes que los vientos de mi mente me envuelvan, que los abismos de mis mares aneguen mi vida, no dejes, Señor, que las tempestades me atrapen como una tela de araña, sin escapatoria. Señor, incrépame con tu autoridad, ¡silencio, cállate!¡vive de la fe!
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
Lee todas las entradas de Nano SM
Tú sabes, Señor, que en alguna ocasión las olas se han estrellado contra mi barca, y que el mar embravecido hacía que se hundiera en el oleaje.
Pero Tú, Señor, ordenaste al viento que cesara. Y entonces resonó tu pregunta: ¿por qué no tienes fe?