24 de febrero
Sábado después de ceniza
Lc 5, 27-32 Sígueme
Puedo dejar un momento de silencio, vaciando mi corazón y mi mente de otras anhelos, poniéndome ante Jesús desnudo y en gratuidad, dispuesto a que me pida lo que quiera. Incluso puedo cerrar los ojos e imaginarme a Jesús ante mí. No solo preguntarme que he hecho por Jesús, que hago por Jesús, que puedo hacer en el futuro por Jesús, sino darme cuenta lo que Jesús está haciendo por mí.
Y escucharle cómo , de nuevo, me dice: Sígueme.
Ante esta palabra «sígueme», en este momento solo quiero escuchar a Jesús que me habla al oído. Quiero seguirte.
Alejémonos del ruido por un momento, prestemos atención al silencio y si escuchamos atentamente , doy fé que escucharemos la voz de Jesús. Isabel, tambíen estoy poniendo en práctica mas a menudo, detenerme y simplemente escucharlo decir…Sígueme. Señor, deseo seguirte!