13 de noviembre
Martes XXXII
Lc 17, 7-10 Somos siervos inútiles
El misterio de decir esta frase, Señor, con verdad, desde lo más profundo del corazón, es el misterio de la humildad, de la donación, de la confianza en tu dinámica de la salvación. Del no querer ser ni tan siquiera ser para ser en Ti no siendo. Rechazar toda apariencia, todo reconocimiento, toda recompensa. No buscar nada que no venga de tu misteriosa donación de gracia, de tu ir creciendo en mi inutilidad sin que yo bien sepa cómo.
Ven y acompáñame
No te alejes
Mira que sólo quiero estar junto a ti
¡¡Somos siervos inútiles!! Pero dentro de nuestra inutilidad, Tú cuentas con nosotros a ser tus manos y pies.
No nos tenemos que creer que somos indispensables, pero si debemos de dar todo lo que hemos recibido de tu gracia.¡¡Guía mis pasos!!
Soy huerta plantada por ti, regada por ti, abonada por ti.