18 de junio
Lunes XI
Mt 5, 38-42 No hagáis frente a quien os agravia
Para no hacer frene a quien me agravia, Señor, necesito tu gracia, y la deseo. Pues mi ego quiere tener siempre razón, se siente atacado y dolido si recibe críticas, agravios, malas miradas…y busca la venganza sutil, la daga Fiorentina que se clave con guante blanco en el centro de quien me ha provocado. Solo tú, desde la cruz, eres capaz de romper esta dinámica y hacerme entrar en tu afecto y tu perdón universal.
¡¡No es fácil no responder!! Lo cierto es que me pides que obre cómo lo hiciste Tú, para ello necesito la gracia de la humildad, la comprensión, pero sobretodo tú ayuda.
¿Qué hay más doloroso que el perdón? ¿qué mejor escuela de humildad?.
El perdón en lugar del orgullo, la paciencia frente a la ira, la rendición ante la soberbia.
Ceder y morir a ti.