Santidad

1 de noviembre
Todos los santos

Mt 5, 1-12 Bienaventurados

Tú nos quieres santos y esperas que no nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. Tú me dices, camina en mi presencia y se perfecto, perfecto y misericordioso como tú lo eres. Tú nos has elegido para que seamos santos e irreprochables ante ti por el amor. Alegrémonos y regocijémonos por esta vocación que nos has regalado. Gracias, Señor, por el don de la santidad en la Iglesia, tantos hombres y mujeres santos: sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje, el lenguaje de tu amor.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.