5 de diciembre
Miércoles I de adviento
Is 25, 6-10ª Celebremos y gocemos con su salvación
A esto somos convocados durante este adviento, que se nos ofrece siempre como una posibilidad para que renazcamos y brotemos de nuevo a la vida que teníamos olvidada o escondida. Tenemos que prepararnos para poder acoger el don de la vida que llega en Jesús, y que nos revitaliza. Prepararnos para celebrar y gozar con la salvación. Para ello limpiemos, desde hoy, nuestra mirada para poder ver, en medio de nosotros, a los mudos que hablan, los ciegos que ven, los tullidos que andan.
Con Isaías, que es el profeta del Adviento, nos preparamos para la llegada de Jesús. Tiempo de espera y de limpieza de nuestros corazones para poder celebrar y gozar la salvación.
Hoy es día de partir y repartir. Mateo nos cuenta como Jesús sientr lástima de los que están con él y quiere darlos de comer. Pocos panes son necesarios cuando se parten y se reparten, todos comen hasta saciarse y además sobra.
Hoy es día de pensar como nos partimos y repartimos nosotros, nuestra comida y nuestro tiempo, nuestra compañia y nuestra sonrisa, como repartimos el amor que recibimos del Padre. Es fácil si tenemos presencia de Dios en nuestra vida, damos gracias por todo lo recibido y partimos para después repartir, todos se llenan y sobra.
María se llenó de Dios y nos dio a su Hijo. Ella sí supo compartir con todos sus hijos.