30 de mayo
San Fernando
I Pedro 1, 18-25 Mirad que habéis vuelto a nacer
Cuando menos te lo esperas, por puro don mío, por pura iniciativa mía, porque te quiero, porque siempre te sorprendo, porque te hago fecundo en la vejez, entonces, cuando todo estaba establecido y parecía que nada ni nadie podría hacerte entrar de nuevo en el seno de tu madre y comenzar de nuevo, renovado, entonces, cuando ya no confiabas en tus fuerzas ni en tus escudos, ni en tus lanzas, ni en tus carros, ni en tu caballería, ni en tu nada, entonces, solo entonces, te hago renacer. ¿No lo estás viendo?
Algo parecido te dije hoy Señor…sorprendeme con tu amor infinito, manifiestate ante mi poquedad, SEÑOR MIO Y DIOS MIO. Siento que me amas…y te amo…aun cuando la oscuridad me rodea…siento tu mano…me entrego a ti y descanso en tu regazo.
Estar abierto, dispuesto a que entres en mi vida y me alteres. Dejarme y olvidarme.
esyar dispuestoas a que entres en mi vida y me alteres. dejarme y olvidarme
¡¡Cuanto me amas Señor!!
Por puro amor, me hace renacer a la vida Nueva.
Nada de lo que soy, ni he sido tiene valor, sólo lo que he confiado en Ti, eres el único que me das fuerzas para seguir caminando, para no tirar la toalla, cuando la vida se me hace cuesta arriba.
“¿No lo estás viendo?” Señor aumenta mi fe.