11 de marzo
Sábado II de cuaresma
Lc 115, 1-3.11-32 Padre, dame la parte de la fortuna que me toca
Ahí estoy yo, como tantas veces, pidiéndote la herencia que me tienes prometía, para alejarme de ti. Ahí estoy yo, hijo pródigo, que vuelve arrepentido. Ahí estás tú, abrazándome y comiéndome a besos. Y la historia se sigue repitiendo, memorial continuo en mi vida, que se consume siempre en el gozo de tu misericordia, de tu perdón y tu paz.