11 de julio
Domingo XV
Lc 10, 25-37 ¿Qué hay que hacer para heredar la vida eterna?
Esta pregunta, que te hace el maestro de la ley, me la devuelves a través de tu Palabra, que se dirige a mí y me interroga: ¿Qué haces para heredar la vida eterna? ¿Aspiras a la vida eterna? ¿Qué relación pones entre la vida eterna y la actual? Y resuena la respuesta: amarás al Señor tu Dios con todo tu ser…y al prójimo como a ti mismo.”
Como cristiana sé que peregrino hacia la vida Eterna,la cual anhelo.
Vivir sin los ojos y el corazón puesto en ti Señor no tendría sentido para mi.
Pero tenga que encontrar y socorrer a muchos en mi camino, estar atenta a lo que me pides en los demás. No se pasa por éste mundo solo, sino en compañía de mi prójimo, tan necesitado de todo, incluso de que le escuches. ¡¡Tú eres Señor el mejor de los Samaritanos, ayúdanos a imitarte en todo!!
Somos hijos y herederos de Dios. Y para heredar la vida eterna solo tengo que tener en las manos el Evangelio, escuchar, seguir e imitar a Jesús, y Él me habla, me enseña y me da ejemplo. Aspiro a la vida eterna, aspiro a la VIDA y para llegar a ella hoy resuena en mis oídos la Palabra: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu ser y al prójimo como a ti mismo». Amar a mi prójimo, ayudar, escuchar, sonreir, acariciar…, de esa manera amo a Dios y podré heredar la vida eterna.