10 de marzo
Martes III de cuaresma
Mt 18, 11-35 Hasta setenta veces siete
Así me pides perdonar a quien me haya ofendido: siempre, sin condiciones, con radicalidad, sin pretender nada a cambio. Perdonar a quien me ha dejado despojado y desposeído de mi mismo; perdonar a quien me haya llevado al exilio; perdonar a quienes me hayan ignorado, utilizado, herido en lo más profundo. Perdonar como tú perdonas y tú me perdonas. Perdonar sin reservas, olvidando, al momento de perdonar, que he perdonado. Porque lo único que cuenta es el caudal de tu misericordia, por el que me invitas a navegar.
Gracias Señor, siempre nos enseñas y nos colmas de tus dones.
Tienes compasión desbordante con todos, que yo sepa responder siendo consciente, que debo hacer lo mismo que recibo; Perdón y misericordia.
Tu ternura y misericordia son eternas
como eterno es mi caminar
Tus sendas y veredas son infinitas
como infinitas son mis luchas y caídas
Pero siempre, cuando desespero y espero, tu alma roba la mía