Penitente

22 de noviembre
Jueves XXXIII

Ap 5, 1-10 Deja de llorar

Pero sigo llorando. Y con mis lágrimas riego el libro, y me anego en ti. Lloro como una Magdalena penitente, lloro por tanto mal que he hecho, por tanta infidelidad, por tanto bien como he dejado de hacer. Lloro y me duele el corazón. Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser por ser Vos quién sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Y mis lágrimas abren tu libro, y sus siete sellos, y me maravillas en tu amor.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.