19 de mayo
Jesucristo, Sumo y eterno sacerdote
Lc 22, 14-20 Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros
Ya sé, Señor, que hoy es tu fiesta de eterno y sumo sacerdote, así te quiero celebrar, hecho cuerpo en ti. Bien es verdad que tanto título me marea, prefiero saberte amado y amante, recostado en tu pecho, estremecido, sereno, tú pastor de manantiales, con tu olor fuerte a oveja perdida. Sigo balando para ti, y escucho el latir enamorado de tu corazón.
Hoy quiero agradecer de todo corazón que no nos dejases huérfanos, nos alimentas con tú Cuerpo y Sangre. ¡¡Qué más puedo pedir, si sé que habitas en mí!! Te necesito Señor , como oveja de tú rebaño guía mis pasos hacia el camino de la eternidad.
Oculto
ignorado y vilipendiado bajo el ropaje de un simple profeta
así te ven
Dios de misericordia