30 de abril
Sábado octava de Pascua
Marcos 16, 9-15 Jesús resucitado
Apareces y mandas recado de que has resucitado…pero los apóstoles no creen ni a María, ni a los de Emaús. Apareces y reprochas la incredulidad y la dureza de corazón. Y a los incrédulos y duros de corazón, que ahora te ven, ¿te ven?, les mandas, nos mandas, id al mundo entero y proclamad el evangelio. En mi debilidad me haces fuerte.
Señor,nuestra ceguera nos puede.
Sabemos que tú Vives, que estas junto a nosotros, que te haces presente, pero aún así dudamos.
Te veo en mi vida, siento que me asistes ,te doy gracias.
También te suplico perdón, por las veces que pasas y no sé reconocerte.
Hazme portadora de tu Resurrección, que mi vida sea coherente ,que viva mi fe en toda su plenitud, siendo Tú el centro de ella.
Ver a Jesús en el que sufre, en el marginado, nunca es un mensaje conmovedor. Tal como la Magdalena anuncia a Cristo resucitado, los apóstoles no le creen, quizás porque no era la mas indicada para dar tremenda noticia.
Señor, humildemente te pido que me ayudes a buscarte en los abandonados de este mundo, en ellos esta tu, en ellos resplandece tu misericordia. Ayúdame a ir por el mundo anunciando la gloria de tu Reino.
slds.