4 de abril
Miércoles de la octava de Pascua
Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón?
Ardo en la debilidad de mi amor por ti, inconsistencia de amante escurridizo y vano, para hacerme fuerte en la fortaleza de tu misericordia, roca mía, escudo mío, Dios mío, confío en ti. En tu Palabra. En tu cuerpo entregado y partido.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
Lee todas las entradas de Nano SM