7 de abril
Miércoles octava de pascua
Lc 24, 13-35 A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron
Caminas junto a mí. Bien es cierto que te intuyo, que tu presencia me alienta, que me vivifica, que me transforma, que me consolida, que me fortalece, que me ilumina, que me caldea el corazón, que me llena de un consuelo inmenso ante cualquier acontecimiento de la vida. Solo te pido que además se me abran los ojos y te reconozca, al partir el pan, como resucitado, como Señor mi vida.
«sus ojos se abrieron» (Lc 24, 31).
Señor, perdón por mi ceguera, sé que estás a mi lado, que te haces presente en cada momento de mi vida, que me confortas con Tú cuerpo en la Eucaristía. Yo creo Señor, pero aumenta mi Fe..¡¡Ayúdame a ser testigo para mis hermanos de tu presencia!!
Un saludo a todos Josefa