Cielos nuevos

6 de mayo
Domingo V de Pascua

Ap 21, 1-5 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva

Ver la novedad de tu presencia en medio de nuestra vida, en la realidad cotidiana. Ver el cielo nuevo y la tierra nueva, en germen, ya, ahora mismo, hoy. Contemplar que has puesto entre nosotros tu morada, que has acampado entre nosotros, que te has hecho carne desde la carne de María. Tu presencia destruye las muertes de nuestra vida. Tu presencia, Señor, vivifica y abre: a la novedad del cielo y de la tierra, que en ti se hacen nuevas cada día.

 

 

Lumen Gentium

5 de mayo
Sábado IV de Pascua

Hechos 13, 44-52 Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación al confín de la tierra

Tú me llamas, Señor. Me das una misión. Ser luz. Llevar la salvación. Llevar tu evangelio. Ser testigo tuyo. Proclamar la grandeza de tu amor. Como luz.  En este momento, Señor, quiero participar de la luz que tu me das, para iluminar los confines desde tu propia claridad.
Ser luz, Señor, porque tú eres la luz del mundo. Se tú amanecer en mi vida para que pueda transmitir tu sol.

Temblor

4 de mayo
Viernes IV de Pascua

Jn 14, 1-6 No tiemble vuestro corazón: creed en Dios creed también en mí

¿Creer en Dios, creer en ti es lo que hace que no tiemble nuestra corazón? Tú eres, Señor, garante, seguridad, fortaleza de nuestro corazón. Tú eres, Señor. Y reconocer tu ser Salvador, da garantía, seguridad y fortaleza a mi corazón. Creed en Dios es creer en ti, Hijo de Dios hecho Hijo de María para nuestra salvación.

Transmitir

3 de mayo
San Felipe y Santiago
1 Co 15, 1-8 Porque lo primero que yo transmití, tal como lo había recibido, fue esto

Que Cristo murió por nuestros pecados, según las escrituras, que fue sepultado y que resucitó según las Escrituras.

Esta es la Tradición de la Iglesia, que nos ha ido llegado ininterrumpidamente, desde los primeros momentos de nuestra fe, recién vivida la resurrección de Jesús. Esta es la fe de la Iglesia, que recibimos en el bautismo, y que nos gloriamos de profesar, según se dice en el bautismo. Esta es el depósito de nuestra fe: Jesús es Salvador. Y tenemos que transmitirlo.

Propagarse

2 de mayo
Miércoles IV de Pascua

 Hech 12, 24 En aquellos días la palabra de Dios cundía y se propagaba

En aquellos días, y en nuestros días. En el pasado, en el presente y, según la promesa, en el futuro. Tu palabra, Señor, nos acompaña y permanece con nosotros. Por la fuerza de tu espíritu, y a través nuestra mediación, tan simple y tan pobre a veces, tan limitada y tan incoherente. Tu Palabra, Señor, se propaga, por la fuerza de tu gloria. Tu palabra se extiende, y llega a los corazones de tus fieles, infundiendo el fuego de tu amor.

Tu Palabra se hizo carne en el seno de María.

El hijo

1 de mayo
Martes IV de Pascua

Mt 13, 54-58 ¿ No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María?

Jesús, el hijo del carpintero,  es la fiesta con la que comienza hoy el mes de mayo. El mes de María, la madre de Jesús. Nuestro salvador en el seno de una familia, que le llena de humanidad, de la humanidad con la que ha descendido del seno mismo de Dios. Jesús, Dios y hombre verdadero, hijo de Dios, hijo de María y de José. Tan normal que sus propios contemporáneos se extrañaban que de una familia tan normal salga semejante autoridad.

La puerta

30 de abril
Lunes IV de Pascua

Jn 10, 1-10 Yo soy la puerta y quien entra por mi se salvará

Quiero entrar por ti, Señor, entrar y quedarme, permanecer en ti, donde está todo el mundo entrañado. Entrar por la puerta de tu corazón, de tu costado abierto, donde nace la Iglesia para darse al mundo. Entrar por tu puerta para entrar en la dinámica de la salvación que nos regalas. Estar en ti para darme y que el caudal de tu salvación alcance a nuestra sociedad, y se haga presente en nuestro mundo.

Mis ovejas

29 de abril
IV domingo de Pascua

 Juan 10, 20-30 Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen

Escuchar tu Palabra, Señor; tener la predisposición de estar atento a ella, de obedecerla. Escuchar tu voz crea una relación especial entre nosotros y nuestro pastor; te reconocemos, sabemos interpretar lo que nos quieres decir, hacia dónde nos quieres llevar. Confiamos en ti, porque de ti depende nuestra vida, nuestro alimento.. nuestra seguridad… nos sabemos conocidos por ti, y por eso te seguimos.

 

 

Palabras

28 de abril
Sábado III de Pascua

Jn 6, 60-69 Tú tienes palabras de vida eterna

Tú, Señor, a quien me dirijo cada día, tú que estableces una relación personal conmigo, una relación real, afectiva y efectiva, una relación que se sirve de tu Palabra para hacerme conocer que me llamas a vivir de tu luz perpetua, que me das esa luz y la pones en mi interior, la luz de tu palabra que es lámpara para mis pasos y luz en mi sendero. Por tu nombre, con tu palabra, dirígeme y guíame, Señor. Ayúdame a acoger lo que me dices como hizo María.

 

 

Aquí estoy

27 de abril

Viernes III de Pascua

Hch 9, 1-20 Aquí estoy, Señor

Esto dice Ananás cuando escucha la voz del Señor llamándole por su nombre. Al saber que la misión que Dios le da es ir a ver a Saulo, perseguidor de la iglesia, fariseo fanático, que hace daño y busca llevar presos a los cristinos, pone reparos…Duda si será meterse en la guarida del lobo. Pero confía en Dios que le dice, de nuevo, “anda, ve”. Como Ananás muchas veces encuentro pegas, o miedos, para seguir tu llamada. Insiste conmigo, Señor.