2 de noviembre
Conmemoración fieles difuntos
Flp 3, 20-21 El transformará nuestro cuerpo humilde en cuerpo glorioso como el suyo
Desde el bautismo estás transformándome en Ti, Señor, respetando mi libertad, dejándome responderte desde mi responsabilidad. Creo que encierras en mi el germen de tu cuerpo glorioso, pues me tienes unido a ti, pues habitas en mí, pues desde lo profundo de mi ser me estás llamando a abrirte todas las compuertas. Quiero creer, y por ti creo, que esta unión será definitiva en el momento de la muerte, cuando te vea cara a cara, y me llenes de ti. Quiero creer, y creo, en la resurrección de los muertos. De los que mueren poco a poco cada día, de los que mueren siempre en ti. Somos en ti, somos tuyos. Y tú nos das la vida.