1 de julio
Miércoles XIII
Salmo 33 Si el afligido invoca al Señor él lo escucha
Hay momentos, Señor, en que el afligido no tiene fuerzas, ni ganas, para invocarte; hay ocasiones en que no entiende el por qué de su sufrimiento y su dolor, y te hace responsable; hay personas que no te conocen, que te ignoran, que viven como si tú no estuvieras escuchando su aflicción. Hoy pongo ante ti, Señor, el grito y el lamento de todos los que no saben, no pueden o no quieren invocarte. Escúchales, por tu misericordia.
Quién más afligido que tú, Señor… habiendo tantos que no te conocen, que te ignoran, que viven como si tú no estuvieras escuchando su aflicción, que no te agradecen, que te son indiferentes. Y tú Señor… eres el Amor, la salud del enfermo, la fuerza del débil… Junto con María quiero reparar las faltas de amor de las criaturas por ti, y confirmar en el bien los actos de amor de quien te reconoce y te ama. Que esta oración, una vez suba a ti, descienda de nuevo para alivio, consuelo y esperanza de los que sufren.
(Gracias nano por este Blog)