¿Quién en contra?

29 de octubre
Jueves XXX

Rm 8, 31-39 Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

Qué Tú estás con nosotros es una evidencia.  Así te llamas, Emmanuel. ¿Por qué temo, Señor, a la muerte y a las muertes cotidianas, a las aflicciones, a las angustias, a cualquier tipo de persecución real o imaginaria a la desnudez, al peligro, a la espada? ¿Quién puede hacerme algo en la verdad de mi vida si tu eres mi verdad y mi amor? ¿Quién puede estar contra mí si estás conmigo?

 10.29

Orando

28 de octubre
Miércoles XXX
Lc 6, 12-19 Pasó la noche orando a Dios

Hazme, Señor, un hombre de oración. Úneme a tu oración silenciosa, en soledad. A tu oración abandonada y confiada en manos del Padre. A tu oración sencilla, sin palabras, confiada. A los latidos de tu corazón orante. Úneme a ti, Dios mío, para que desaparezca en ti y sea manifestación de tu evangelio, de la buena noticia de tu amor y salvación en el mundo.

 10.28

Grano de mostaza

27 de octubre
Martes XXX
Lc 13, 18-21 Se parece a un grano de mostaza….

Así es el reino que está en medio de nosotros, y que no acertamos ni a vislumbrar. Como un grano de mostaza, tan pequeño, que se transformará en un arbusto lleno de vida, que acoge la vida. De algo mínimo a una creación que se manifestará en todo su esplendor y nos mostrará tu gloria…mientras tanto gimo en mi interior deseando ver lo que no veo.

 10.27

Encorvada

26 de octubre
Lunes XXX

Lc 13, 10-17 Andaba encorvada, sin poderse enderezar

La imagen de la mujer que lleva dieciocho años encorvada, ¿la mitad de su vida?, me hace pensar en mí vuelto hacia mí mismo, enredado en mis ansias, temores, heridas, frustraciones, proyectos, deseos…sin poderme enderezar y caminar como un hombre libre, tan atareado me encuentro en mi mismo. Deseo que tú, Señor, me llames y me dejes libre de mi enfermedad.

 10.26

Bartimeo

25 de octubre
Domingo XXX
Mc 10, 46-52 El ciego Bartimeo…

Tantas veces, Señor, estoy ante ti como el ciego Bartimeo, al borde del camino, sin caminar por el sendero de la vida, sin participar del flujo de bien que pasa por delante de mí, sin ver. A veces, incluso, ni capaz soy de pedir limosna, creyendo que todo lo poseo.  Pero se que pasas tú y desde lo más dentro comienzo a gritar: “Señor Jesús, ten compasión de mi”

 10.25

Inhabitado

24 de octubre
Sábado XXIX

 

Rm 8, 1-11 …el mismo Espíritu que habita en vosotros

Hacerme consciente, una vez más, Señor, que tu Espíritu habita en mi, que soy habitación para ti, donde pones tu morada. Tomar conciencia, Señor, de lo sagrado de nuestro ser personas, templos tuyos. Mirar a los demás como sabiendo que tú estás en ellos. Mirarme consciente de ti. Y amar al prójimo como a mi mismo. O más. Pues es amarte a Ti en él.

10.24

Contradicción

23 de octubre
Viernes XXIX
Rm 7, 18-25 Porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo no.

El bien que quiero hacer no lo hago, el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal de que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí.
¡Qué ciertas estas palabras de san Pablo! ¡Qué reales! Señor, al igual que San Pablo puedo suscribir estas palabras. Y ponerme ante Ti, para que lo bueno que quiero hacer lo realice con la ayuda de tu gracia.

10.23

Fuego

22 de octubre
Jueves XXIX
Lc 12, 49-53 He venido a prender fuego en el mundo…

…y ojalá estuviera ya ardiendo, nos dices en el evangelio de hoy. Me quedo un poco confuso ante tus palabras, Señor, y no se bien cómo entenderlas. Miro a mi alrededor, al mundo, y veo muchos fuegos que lo están consumiendo y devorando. Fuego de la guerra, del hambre, de la enfermedad, del consumo, de la falta de libertad, del sin sentido. Ya está ardiendo el mundo. ¿Qué me dices?

 10.22

Deseos

21 de octubre
Miércoles XXIX
Rm 6, 12-18 No seáis súbditos de los deseos del cuerpo

Que no me dominen estos deseos. Que no me esclavicen. Que no me atrapen compulsivamente. Que no tengan rienda suelta en mi imaginación. Que no me enreden. Que no me separen de Ti, Señor. Por eso necesito bien conocerlos y ofrecértelos, implorando tu ayuda. Líbrame del mal, de mi propio mal Señor.

10.21

Que el Señor vuelva

20 de octubre
Martes XXIX

Lc 12, 35-38 Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva

Así quiero estar: vigilante, atento, dispuesto, preparado, en vela, con la luz encendida, deseando recibirte, cumplir tu palabra, servirte. Así deseo estar cuando me vence el sueño, el cansancio, el escepticismo, y dejo que mis deseos se vayan adormilando, y que el relente de la noche apague la lámpara de mis buenas intenciones. Por eso deseo, Señor, que tu gracia me sostenga ya acompañe.

10.20