Orar I

16 de junio
Miércoles XI

Mt 6, 1-6.16-18 Tú cuando vayas a rezar….

Sigues educándonos, Señor, a través de tu Palabra en el sermón de la montaña.  Nos educas a hacer las cosas desde lo profundo, en lo oculto, no para ser vistos ni apreciados…Y nos invitas a guardar en la intimidad más sabrosa, silenciosa y escondida lo que estamos llamados a ser: seres unidos a ti en la oración, amantes tuyos que aprenden lo sabroso del amor, para amar como tú en nuestro mundo. Gracias.

Amad al enemigo

15 de junio
Martes XI

Mt 5, 43-48 Amad a vuestros enemigos

Voy a dejar un rato de silencio, un breve momento o una larga existencia, para darme cuenta lo que significa tu petición en mi vida. Voy a tratar de conjugar el verbo amar en primera persona del singular ante las personas más cercanas o más lejanas que considero enemigas. Voy a comenzar poniendo en práctica algo más fácil: rezar por ellos. Si rezo por ellos, ¿cómo puedo ser su enemigo?

Hoy celebran sus bodas de plata mi hermana y mi cuñado. Rezad por ellos. Por su unión en el amor.

Pacífico

14 de junio
Lunes XI

Mt 5, 38-42 No hagáis frente al que os agravia.

Tú nos propones una nueva mentalidad, una nueva dinámica en las relaciones personales, sociales, internacionales. No hacer frente al que agravia. No devolver mal por mal. No utilizar la violencia para responder a la violencia. No ser agresivo con quien es agresivo conmigo. Una lógica imposible, si no guerra porque tú la has practicado primero. Si no fuera la lógica del evangelio. Si no fuera la lógica bienaventurada de los pacíficos. Dame tu paz, Señor, para vivir en paz y construir la paz.

Vives tú

13 de junio
Domingo XI

Ga 2, 16.19-21 Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.

Seta es la realidad, Señor. A medida que no soy yo, a medida que mi ego desaparece, a medida que reconozco mi culpa y mi pecado, que engorda cada vez que quiero desarrollare autónomamente de ti, tú vives en mí. Tú vives en mí siempre, ya estás. Tú creces en mí cuando yo diminuyo.

Corazón de María

12 de junio
Inmaculado corazón de María

Lc 2, 41-51 Su madre conservaba todas estas cosas en su corazón

Conservaba el anuncio del ángel, el anuncio que le había trastocado la vida, y llenado de hermosura las entrañas. Conservaba  el dichosa tú que has creído, de Isabel, y el nacimiento en pobreza del que es la riqueza; conservaba la profecía de que los ojos han visto la luz para iluminar las naciones. Conservaba el desconcierto de tu pérdida en Jerusalén. Tantos gozos, tantas luces, tantos dolores, tantas glorias, conservadas en el corazón, ave María.

Sagrado corazón

11 de junio
Sagrado Corazón de Jesús

Rm 5, 5-11 El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones

“Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”, pues me guardas en tu corazón repleto de amor, corazón abierto para el amor, corazón que me abre al amor y a la entrega. De tu corazón, Señor, brota lo inagotable, en tu corazón está la fuente de agua viva, el fuego que consume y no da pena. Remanso, verde pradera que donde me haces recostar. Tu corazón, Jesús.

Tú…

10 de junio
Jueves X

Salmo 64 Tu cuidas la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida

¿Cómo es posible, Señor, recitar este salmo en plena crisis económica? ¿Qué significa que enriqueces la tierra sin medida en un mundo de pobrezas, donde tantas personas, independientemente de la crisis, viven en la pobreza más radical? Me dejas en silencio ante ti, y en silencio escucho tu respuesta, tan sencilla e inaudita.

Gozo

9 de junio
Miércoles X
Salmo 15 Me saciarás de gozo en tu presencia

Esta semana, Señor, tu Palaba me sacia volviéndome hacia la eucaristía. Saciarme de gozo en tu presencia eucarística. Estar junto a ti, que siempre estás. Estar amando, estar adorando, estar en silencio, estar volcando mi corazón en ti, derramando mi vida. Me sacias de gozo y me enseñas el camino de la vida: entregar mi cuerpo a tu cuerpo necesitado, en el que tiene hambre y necesita que alguien le alimente.

Elías II

8 de junio
Martes X

1 Re 17. 7-16 Me queda solo un puñado de harina en el cántaro

Dar lo necesario para la última comida, para la última cena…compartir lo poco que se tiene en caridad con el huésped, con el que viene más pobre y necesitado, con el que tiene menos que tu propia nada. En esa caridad queremos vivir los que nos decimos discípulos tuyos. Si lo hacemos ni la orza de harina se vaciará, ni la alcuza de aceite se agotará. Tendremos abundancia en ti.

Elías I

7 de junio
Lunes X

1 R 17, 1-6 Yo mandaré a los cuervos que lleven allí la comida

Elías confío en tu providencia, Señor, y los cuervos le alimentaban cada día. Cada día me das de comer el manjar del cielo, el maná de la vida, la gracia de tu cuerpo que me hace más en ti, de tu sangre que me une a tu destino. Cada día, Señor, tu providencia llega hasta mí y no solo me alimenta sino que me da la vida verdadera, me hace posesión tuya.