Apocalipsis I

15 de noviembre
Lunes XXXIII

Ap 1, 1-4; 2, 1-5 Has abandonado el amor primero…

El amor embebido, el amor sin tiempo ni espacio, el amor  de la entrega sin reservas, del servicio permanente, de la adoración amorosa. El amor que todo lo espera, que todo lo desea, que todo lo confía. El amor que no se consume, que es dulce encuentro. Así escucho que me dices hoy: “Eres tenaz, has sufrido por mi y no te has rendido a la fatiga: pero tengo en contra tuya que has abandonado el amor primero”.

En mi defensa

14 de noviembre
Domingo XXXIII

Lc 21, 5-19 Haced propósito de no preparar vuestra defensa…

Siempre queremos tenerlo todo controlado, Señor, creyéndonos únicos, autores y gestores de nuestra propia vida, de sus circunstancias, sin darnos cuenta que tanto el principio como el final no nos pertenecen, que la vida entera está en tus manos. Está bien recordar hoy que no hace falta que preparemos nuestra defensa, en caso de peligro vital, de persecución, en cualquier caso,  porque Tú nos darás palabras y sabiduría a la que no podrá hacer frente ningún adversario.

Pero…

13 de noviembre
Sábado XXXII

Lucas 18, 1-8 Pero…

…cuándo venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Escucho esta parábola en la que nos quieres explicar como orar sin desanimarnos, y ante ti trato de contestar a la pregunta con la que terminas, personalizándola. ¿Encuentras esta fe en mi? Dame el don de la oración continua, para pedirte esta fe.

Dichoso

12 de noviembre
Viernes XXXII

Salmo 118 Dichoso…

El salmo de hoy llega con pequeñas semillas de dicha: dichoso el que camina en la voluntad del Señor; dichoso el que lo busca con todo corazón; en mi corazón escondo tus consignas; no pecaré contra ti; viviré y cumpliré tus palabras; haz bien a tu siervo; ábreme los ojos y contemplaré las maravillas de tu voluntad.
Elijo una semilla, para el día de hoy; que por tu gracia germine en mi ser.

Mirad

11 de noviembre
Jueves XXXII

Lucas 17, 20-25 …porque mirad, el Reino de Dio está dentro de vosotros….

¿Y por qué, Señor, lo buscamos fuera? ¿Por qué creemos que lo tenemos que conseguir, si lo tenemos dado? ¿Por qué tantos afanes y desvelos, tanta vanidad de vanidades? ¿Por qué esperamos algo espectacular? ¿Por qué no miramos en nuestro interior, en lo profundo, donde tan solo tú secretamente moras? ¿Por qué no miramos? ¿Por qué viendo no contemplamos que estás? Ya soy en ti pues eres para mí. Déjame abandonarme.

Bondad de Dios

10 de noviembre
Miércoles XXXII

Tito 3, 1-7 Cuando ha aparecido la bondad de Dios…

…nuestro Salvador, Hijo de Dios hecho hijo e María, por pura gracia suya, por su propia misericordia, estamos llamados a ser perdonados de nuestra insensatez y obstinación, a dejar de ser esclavos de nuestras pasiones y placeres de todo género, a olvidar nuestras envidas,  a dejar de fastidiar al prójimo, a no ser insoportables, a no odiarnos.

Esto se lo escribe, tal cual, Pablo a Tito. Y a nosotros.

Almudena

9 de noviembre
Nuestra Señora de la Almudena

Salmo 45 El Señor está con nosotros

Tú, Señor, estás con nosotros porque al inicio estuviste con María, la  elegiste, la hiciste inmaculada, la llenaste de gracia, la consultaste y toda la creación estuvo pendiente de su sí, de un fiat, para ser redimida. Gracias, Señor, por María, Madre de la Iglesia, que junto a los apóstoles formó la comunidad de Jerusalén, la primitiva Iglesia. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores.

Pederastia

8 de noviembre
Lunes XXXII

Lc 17, 1-4 Es inevitable que sucedan escándalos pero ¡ay de quien  los provoca!

Perdónanos, Señor, por los escándalos de los hombres y mujeres de la Iglesia, de los  obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, que han abusado sexualmente de niños y niñas, que han vivido en la inmoralidad más abominable, en la ilegalidad más punible. Perdona  por ello a tu Iglesia, Señor, purifícanos. Haz que tu Iglesia propicie la justicia ante las víctimas y les ofrezca el consuelo con que tú nos consuelas.

Consuelo permanente

7 de noviembre
Domingo XXXII
2 Tes 2, 16-3, 5 Nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente

Tú, Señor, eres el que nos ha amado tanto, dando tu vida por nuestra salvación, ofreciéndote por amor. Tú nos has regalado un consuelo permanente, tu cercanía, tu hacerte hombre y caminar por los caminos de nuestra historia, tu estar presente en la eucaristía, tu ofrecernos tu Palabra; tú nos hs regalado la gran esperanza de sabernos redimidos por ti.  Que  esta verdad nos consuele internamente y nos de fuerza para toda clase de obras buenas.

En España, ayer y hoy, el consuelo del Papa Benedicto XVI, peregrino de fe.

Santos VI

6 de noviembre
Sábado XXXI

Flp 4, 10-19 Todo lo puedo en aquél que me conforta

Mirar tu rostro, Señor, y decirte esta frase. Poner junto a ti mis debilidades, mis incapacidades, mis miedos, mis temores y abrirlos a ti. Poner junto a ti mis suficiencias, mis orgullos, mis omnipotencias narcisistas, y pedir que tú me desnudes y me despojes. Mirarte y decirte, con amor, todo lo puedo en aquél que me conforta.