La sabiduría

23 de septiembre
XXV domingo

Santiago 3, 16-4,3 La sabiduría que procede de arriba…

…es como tú Señor, pues tú eres la verdadera sabiduría, y quien está en ti, y tiene los mismos sentimientos que tuviste tú, y se abre a la vida y se deja afectar por ella como lo hiciste tú, esa persona es sabia. Dame la sabiduría asistente de tu trono: una sabiduría pura, amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante y sincera. No me dejes en mi propia necedad cuanto me separo de ti.

En tu presencia

22 de septiembre
Sábado XXIV

Salmo 55 Caminaré en presencia del Señor a la luz de la vida

Caminar tus caminos, seguirte por las sendas de la realidad, del compromiso con la realidad, de la atención a los que no cuentan, que no están presentes en el banquete de la abundancia. Llorar junto a tus pies por mis pecados, hacer un gesto de amor, dejar que tus pies amados me guíen y me hagan caminar. Caminar en tu presencia, buscando tus fuentes que sacian mis anhelos y llenan de sed mis sedes. Caminar en tu presencia a la luz de la vida. Gracias.

San Mateo

21 de septiembre
San Mateo

Mt 9, 9-13 Sígueme

Escucharte. Levantarme y seguirte. Cada día. Desinstalarme. Dejar que entres en mi vida de la forma más inesperada, que me llames una vez más, que no me des tiempo a pensar la respuesta, sino a vivir la entrega contigo. Seguirte, Señor. Que en ti lo encuentre todo, lo espere todo, y sepa preferirte sobre todas las cosas. Hoy y siempre. Con la ayuda de tu gracia.


Amarte

20 de septiembre
Jueves XXIV
Lc 7, 36-50 Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse…

De que Jesús estaba comiendo en casa de un fariseo, vino con un frasco de perfume, y colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con perfume.

Como la mujer, llorar mis pecados en un acto de amor, llenarte de besos, derramarme a tus pies.

Amor hermoso

19 de septiembre
Miércoles XXIV

I Cor 12, 31-13,13 Si no tengo amor, no soy nada

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es maleducado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra con la injusticia, sino se goza con la verdad. De todas estas características del amor, ¿cuál es la que más necesito vivir hoy? Dejarme mirar por ti para encontrar en tu amor la fuente del amor hermoso. Todas nuestras fuentes están en ti, Señor

Un solo Espíritu

18 de septiembre
Martes XXIV

I Cor 12, 12-14. 27-31 Todos hemos bebido de un solo Espíritu.

De tu Espíritu, Señor, que nos convoca en la unidad de un solo cuerpo, de la unidad de tu amor. Todas nuestras fuentes están en ti, Señor, y hoy me lo haces ver de nuevo: la fuente del bautismo, donde recibimos el ser hijos amados en Ti. La fuente del Espíritu que nos hace gritar Abba (¡Padre!). Derrama en nuestros corazones tu espíritu, conviértenos a ti.

Tradición

17 de septiembre
Lunes XXIV

I Cor 11.17-26.33 Yo he recibido una tradición, que procede del Señor…

Todas nuestras fuentes están en Ti, Señor y dador de nuestra vida. La tradición llega de ti, y se ha ido transmitiendo de generación en generación, y nosotros, como evangelizadores, la seguimos transmitiendo. Esta es la tradición, el sacramento de nuestra fe, que celebramos: “Que el Señor Jesús, la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros”

Fe y obras

16 de septiembre
XXIV Domingo

Santiago 2, 14-18 ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras?

La fe, Señor, es el don que nos haces de amarte y amar a los demás cómo tú nos has amado: dando la vida con abundancia. Dar la vida cada día, con pequeños y grandes gestos que nos hagan olvidarnos de nosotros mismos para, desde Ti, entregarnos por la salvación de los hombres y mujeres. Próximos a comenzar el año de la fe, no olvidemos que una fe sin obras, ¿de qué nos sirve?

Nuestra Señora de los Dolores

15 de septiembre
Nuestra Señora de los Dolores

Jn 19, 25-27 Junto a la cruz de Jesús estaba su madre

Ahí estás, Señor, acompañado de tu madre, dulce fuente de amor, de compasión, de ternura, de fortalezas, de fidelidad, de cercanía. Junto a sus entrañas, que te llevaron y de generaron a la vida, tu cruz, tu muerte, tu dolor. Desconsuelo, rabia, impotencia, corazón traspasado. El del ser humano que contempla la barbarie y la injusticia cometida contra el pobre, el inocente, el cordero llevado al matadero. Ponnos junto a María, junto a tu cruz, en los crucificados del mundo.


Exaltación de la Santa Cruz

14 de septiembre
Exaltación de la santa Cruz

Jn 3,13-17 Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él.

En tu cruz, Señor, pongo a todos los crucificados del mundo: a los que padecen la crisis económica y viven en tinieblas y sombras de muerte. A los que no encuentran sentido a su vida. A los enfermos que padecen sin remedio. A los hambrientos, a los maltratados, a los explotados salvajemente por el capital perverso. A los que no confían, a los que no son amados. A los que no esperan ni son esperados. A los que no tienen fe en el tesoro de bondad que has puesto en nuestros corazones. Que tu cruz, Señor, les alivie en lo más profundo de su ser, y les abra a la vida plena. Salvator mundi, salvanos.