12 de octubre
Nuestra Señora del Pilar
Salmo 26 En lo escondido de su morada
Mirando a María en su columna, fuerte en la fe, segura en la esperanza, constante en el amor, digo pausadamente las frases de este salmo, y me abro a ti, Señor. El señor es mi luz y mi salvación, ¿ a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida. Gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo
Perdido en la inmensidad del universo
al interior de la nada, silencio y vacío,
veo lo infinito transformado en diminuto.
Dentro de mi ser el miedo ancestral a morir.
Sin recursos, sin ataduras, sin sentido,
me abandono en tus manos que no encuentro. Tan lejos
mi lágrima se transforma en un planeta frágil.
Me dejo llevar hacia tu luz en la oscuridad,
muero muero muero para encontrar en ti vida.
Mirar a María, fuente de todas las virtudes, pedirle sea mi medianera, para habitar en la casa del Señor. Vivir en la presencia de su Hijo, nadie ni nada me debe inquietar, ese es mi gran anheno.
Tu rostro buscaré mientras mi corazón grita ¡sígueme!