15 de noviembre
XXXIII Domingo
Mc 13, 24-32 Mis palabras no pasarán
Tú Señor, eres bueno, tu misericordia es eterna, tu fidelidad por todas las edades, Señor mío, mi salvación, mi luz, mi salvación, la defensa de mi vida, esto te pido, habitar en tu casa por los días de mi vida, gozar de tu dulzura, contemplando tu templo, espero gozar de tu dicha en el país de la vida. Tu palabra nunca pasa, viste mi vida con la belleza de tu estar presente y transformante, con el anhelo de hacerme tuyo.
No pasará el horror y la barbarie, el terrorismo. Pongo en tus manos, Señor, a las victimas de París. Con tu misericordia danos vida.
